Curiosidades de Nápoles

15 curiosidades de Nápoles: tradiciones e historias

Nápoles es una de esas ciudades que no deja indiferente a nadie. Su rica historia y cultura hacen que haya numerosos hechos que llamen la atención a todo aquel que la visita y rasca más allá de la superficie. En este artículo, te hablo de 15 curiosidades de Nápoles que me llamaron la atención.

1. La sirena enfadada

Ulises y sus aventuras narradas en la Odisea están relacionadas con la fundación de la ciudad de Nápoles. Según cuenta la mitología Ulises estaba navegando tras la guerra de Troya cuando el barco pasó cerca de la isla de Capri, donde había tres sirenas cuyo canto atraía a los marineros hasta la muerte. Para protegerse, ordenó que todos los hombres se cubrieran los oídos con cera para no escucharlas, pero que a él lo ataran al mástil del barco, para así poder escuchar el canto de las sirenas sin caer en su tentación.

Una de estas sirenas era Parténope o Parthenope, que, debido al dolor y la rabia de no haber conseguido seducir a Ulises con su canto, se arrojó al mar y murió, y su cuerpo fue arrastrado por las olas hasta llegar a la orilla de una playa, lugar donde fue entregada. La leyenda del origen de la ciudad cuenta que en este punto fue donde se fundó Nápoles, que al principio se llamaba Parténope.

2. La cesta del balcón

Esta es de nuestras curiosidades de Nápoles favoritas, ya que pudimos experimentarla nosotros mismos durante nuestro itinerario de Nápoles en 4 días. Si te fijas en los balcones de la ciudad, en muchos de ellos podrás ver un cesto o un cubo de color azul. Este lo tienen atado con una cuerda, y lo utilizan para subir y bajar cosas del piso sin tener que cargar con peso, normalmente porque la finca no tiene ascensor.

Ya no es que viéramos varias veces como un niño llamaba a su madre y subía la mochila del colegio con este método, es que, una noche, una mujer estaba teniendo en el balcón y se le cayó una pinza a la calle. Cuando fuimos a devolvérsela, nos bajó la cesta para que la dejáramos ahí y así recuperarla sin tener que tirársela.

3. La sangre de San Genaro

Cada 19 de septiembre toda la ciudad de Nápoles está pendiente de un pequeño frasco y del estado de lo que contiene en su interior: la sangre de San Genaro. En realidad, esta se conserva en dos ampollas bien custodiadas en la Catedral de Nápoles. Normalmente, esta sangre está en estado sólido, pero, tres veces al año, esta se licua, siendo una de ellas el 19 de septiembre, día del patrón de Nápoles.

Sin embargo, ha ocurrido que algunos años en concreto, durante la celebración del 19 de septiembre, la sangre no se ha licuado. Y, precisamente esos años, ha habido hechos dramáticos para la población de Nápoles. Por ejemplo, la sangre no se licuó en 1939 (año de inicio de la Segunda Guerra Mundial) ni en 1980 (hubo un grave terremoto en el sur de Italia).

Curiosamente, en diciembre de 2020 tampoco se licuó, aunque la desgracia ya había venido ese mismo año, pero antes: en marzo comenzó la pandemia del Covid-19 y, en noviembre, falleció Maradona, ídolo de miles de napolitanos. Por lo tanto, cuando la sangre no se licua en una de las fechas señaladas, es considerado un mal augurio.

4. Café pendiente

En una época de crisis y pobreza (algunos afirman que fue tras la Segunda Guerra Mundial) surgió en la ciudad de Nápoles un sencillo gesto cargado de significado: el café pendiente o caffè sospeso.

Esto consistía en que, una persona que estaba en una cafetería y se había tomado un café, no pagara uno, sino dos, para que así, otra persona que tuviera necesidades económicas pudiera tomarse un café sin tener que pagarlo. Aunque en la actualidad ya no es tan común, aún hay cafeterías que promueven esta acción, como el Caffè Diaz Microtorrefazione, en Via dei Tribunali 25.

Esta práctica no solo se hacía en cafeterías, sino también en jugueterías, donde algunas personas dejaban juguetes pagados para que las familias sin recursos pudieran \»comprarles\» a sus hijos algunos juguetes.

5. Un nuevo bebé en la familia

Cuando una familia tiene un nuevo bebé, no es ningún secreto. Y es que para atraer la buena suerte, cuelgan sobre la puerta de entrada a la casa o al edificio de pisos un lazo de tamaño considerable. Además, con este lazo podemos saber si ha sido niño o niña, ya que utilizan los colores clásicos: azul y rosa.

6. La cuna de la pizza

Hoy en día hay pocos lugares del mundo en los que no encontremos una pizzería en la que comer este delicioso plato. Seguramente sepas que es originario de la gastronomía italiana, pero… ¿sabías que se inventó aquí, en Nápoles? Al parecer, esta data del s. XVI, y al principio era bastante sencilla. Se nota que tienen siglos de experiencia en el arte de la pizza, ya que, sin ninguna duda, aquí están las mejores pizzas que he probado en mi vida.

Por cierto, la pizza margarita también se inventó en Nápoles, en 1889, para conmemorar la visita de la reina Margarita de Saboya. La elección de sus ingredientes está pensada al detalle, ya que se usan tres ingredientes de tres colores: la albahaca verde, la mozzarella blanca, y el tomate rojo. El resultado: ¡la bandera de Italia!

7. Pizzelle a ocho días

Al igual que ocurre con el caffè sospeso, esta otra curiosidad de Nápoles es una muestra más de la solidaridad de su población y de cómo se apoyan en momentos de crisis. La pizzelle es una especie de pizza pequeña frita. En años de crisis, en la que mucha gente apenas tenía dinero, surgió la pizzelle oggi a otto, que querría decir algo así como pizzelle de hoy a ocho días. Esto significaba que, quien vendía estas pizzas, permitía que la gente las comprara y las pagara de aquí a ocho días.

8. El enmascarado más famoso

Un personaje arraigado a la cultura de Nápoles es el de Pulcinella, uno de los protagonistas del teatro popular napolitano o Commedia dell\’Arte surgido en torno al siglo XVI. Pulcinella es representado con una máscara con una gran nariz. En su honor, hay una famosa escultura en el casco antiguo de la ciudad, en Vico del Fico Al Purgatorio, a la que los turistas tienen la costumbre de tocarle la nariz.

9. La devoción por Maradona

Como hemos mencionado antes, Maradona es venerado por gran parte de la población napolitana. Y de eso te darás cuenta en cuanto llegues a la ciudad y, sobre todo, cuando vayas al Barrio Español: las calles están llenas de fotos, graffitis, productos y mensajes en honor a Diego Armando Maradona, futbolista argentino que jugó en el Napoli entre 1984 y 1992. Este equipo nunca había ganado la liga italiana, consiguiéndolo por primera vez dos años después de la incorporación de Maradona, en la temporada 1986-1987, y una segunda vez en la de 1889-1990.

Estas victorias fueron hechos muy importantes para los napolitanos. Más allá del fútbol en sí, por primera vez estaban superando a las ciudades del norte, como Milán y Turín, zona en la que los habitantes del sur han sufrido rechazo e insultos durante décadas. Además, el sur de Italia es la parte más empobrecida del país, mientras que la industria se concentra en el norte.

Los napolitanos tienen claro que estas dos grandes victorias se las deben en gran parte a Maradona, y por eso están tan agradecidos a él. El epicentro de esta devoción está en la via Emanuele de Deo 46, donde hay un gigantesco mural del futbolista, así como una escultura e incluso una especie de altar (además de tiendas con todos los objetos personalizados de Maradona que te puedas imaginar).

10. El culto a las almas del purgatorio

Esta es una de las curiosidades de Nápoles que más me impactaron. Se trata del culto a las almas del purgatorio, una creencia que surgió en la ciudad en el siglo XVII. Quienes la seguían, «adoptaban» una calavera de una persona cuya alma presuponían que estaba en el purgatorio. La persona le rezaba a la calavera para que lograra llegar al cielo y que así, a cambio, esta le devolviera el favor cumpliendo su deseo, como, por ejemplo, encontrar pareja o curarse de una enfermedad.

Hay varias iglesias del casco antiguo donde está reflejado este culto, como la de Santa Maria delle Anime del Purgatorio ad Arco, que cuenta con varias calaveras de piedra y de metal en su portada y entrada. En su interior está la calavera de Luzia, que está ataviada con un velo de novia, y a la que las mujeres que buscan marido le piden ayuda.

11. La Nápoles subterránea

No todos los lugares interesantes que se pueden visitar en Nápoles están a simple vista: también hay una parte subterránea. Bajo el suelo de la ciudad, se conserva un entramado de túneles y cisternas romanas. Algunas partes pueden recorrerse, aunque no es aconsejable para las personas que tengan claustrofobia. Por ejemplo, se puede reservar este tour por los subterráneos de Nápoles con un guía que habla español o visitar el LAPIS Museum (Museo del Água de Nápoles) o la Napoli Sotterranea junto a la Basílica di San Paolo Maggiore.

Otro punto subterráneo, pero menos claustrofóbico, es el de la Neapolis, es decir, la antigua ciudad primero griega y después romana. La zona que se conserva de esta se encuentra bajo el complejo monumental San Lorenzo Maggiore, por lo que para visitarla hay que adquirir una entrada en este punto.

12. El Castillo del Huevo

Uno de los castillos que hay en la ciudad se llama así: Castillo del Huevo (Castel dell\’Ovo en italiano). Su nombre viene dado por la leyenda que rodea el lugar. Esta cuenta que el poeta romano Virgilio escondió un huevo en una caja en las mazmorras de esta fortaleza (cuyo origen se da en el s. I a.C.). Según se dice, mientras el huevo permanezca ahí, la fortaleza permanecerá en pie.

13. Los neo-borbónicos

Como posiblemente sepas, a día de hoy Italia es una república, pero no siempre fue así. Antes, el territorio estaba dividido en varios reinos, incluido el Reino de Nápoles, que después se unificó con el de Sicilia, formando el Reino de las Dos Sicilias. Entre 1516 y 1554, el rey de este territorio fue el borbón Carlos VII, hijo de Felipe el Hermoso y Juana I de Castilla (en España, Carlos III).

Durante su reinado, la ciudad de Nápoles y sus alrededores experimentaros grandes mejoras, realizándose además grandes construcciones como el Palacio Real de Caserta y el Teatro San Carlo, y sufragando las excavaciones de Pompeya y Hercolano.

En la actualidad, hay un pequeño grupo de personas que considera que al sur de Italia le iría mejor si volviera a ser un reino independiente, y que con el reinado de los borbones se vivía mucho mejor que en la actualidad, de ahí que sean «nostálgicos» de los borbones y se les llame neo-borbonici.

14. El cuerno de Nápoles

Imágenes de Maradona no será lo único que verás por todas partes si viajas a Nápoles. También te encontrarás cientos y cientos de cornicello o cuernecillos rojos. Este es uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad, y se dice que absorbe las malas energías, por lo que es un elemento de protección.

Debido a su forma y a su color rojo, muchas personas piensan que es una guindilla, pero no es así. Lo cierto es que, en origen, este cuerno era un miembro viril, ya que desde la antigua Roma este se ha relacionado con la abundancia y la buena suerte. No obstante, una vez que el cristianismo se expandió, en Nápoles lo modificaron para que fuera un símbolo más sutil y así no tener problemas con la iglesia, de ahí que a día de hoy recuerde más a un cuerno o a una guindilla.

La tradición dice que este objeto no debe comprarse para uno mismo, sino regalarse, y tiene que estar hecho de un material que pueda romperse, como la arcilla, ya que se cuenta que, una vez que ha absorbido todas las malas energías, se rompe, quedando utilizado.

15. Belenes por doquier

La última de las curiosidades de Nápoles que destacamos es la de sus belenes. La tradición de montar ese conjunto de figuritas que decora tantos hogares en España tiene su origen en Nápoles, concretamente en la Iglesia de San Gregorio Armeno, y llegó a España de la mano del rey Carlos III, del que hemos hablado antes.

En la calle bajo este mismo nombre, se concentran varias tiendas de artesanía donde puedes comprar figuritas y belenes de todas la formas y tamaños que te puedas imaginar, ¡los hay hasta con forma de cafetera!

Espero que estas curiosidades de Nápoles te hayan parecido tan interesantes como a mí, y te invito a que visites la ciudad para experimentar su cultura y tradiciones en primera persona, ¡a mí me ha encantado hacerlo!

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